lunes, 3 de junio de 2013

El porompompero, el carro y la minifalda




Manolo Escobar ha confesado hace un par de días en El Mundo que está
 hasta las narices del 'porompompero', del carro, la minifalfa y el viva España
Y es que no es para menos. Con ochenta y un años sigue ofreciendo conciertos en su gira de despedida por el país y lleva algo así como medio siglo cantando el “porompompero”, llorando por su carro y cantado vivas a España. Hoy ha dicho que ya está bien y que está hasta el moño y es para entenderlo. Son las canciones que el público le pide una y otra vez aunque no las lleve en el programa. Son las etiquetas que marcan su vida artística y a las que les debe su fama. La actual relación de Escobar con sus canciones -que recuerda al famoso cuadro "Saturno devorando a un hijo" de Goya- no debió haber sido así desde principio. Hubo un tiempo en que el cantante llegó incluso a bautizar su chalé en Benidorm con el nombre de “El Porompompero”. Pero es que la repetición cansa, y cansa mucho.

Escobar y sus canciones son ya parte de la historia de este país. Recuerdo haberlas oído una y otra vez en la televisión en blanco y negro y también en un Renault doce familiar lleno de críos camino de la playa.

No sé cuántas versiones existirán de estas canciones pero me puedo imaginar muy bien la tortura dentro de esa cabeza, donde los estribillos se entremezclarán y confundirán en el silencio de la noche con la música del mar y, a ritmo de rumba, el toro se pondrá la minifalda y la Dolores se habrá escapado con el cateto de su hermano en el carro del gitano y cantando el viva España.

Y, eso, durante más de cincuenta años.