jueves, 26 de julio de 2012

¡Así nos va!





Hace unos días recibí un correo de un tío mío con un comentario sobre las medidas del gobierno. En facebook comenté en la página de mi prima Pilar que los recortes que se estaban produciendo en España ya habían sido hechos hace muchos años por un gobierno socialista en Alemania: también entonces nos quitaron la paga extra y nos subieron el IVA. Me parecía lógico apoyar las medidas que este gobierno de derechas estaba llevando a cabo, algo que, años atrás, un gobierno de izquierdas ya había hecho en el país donde vivo y que no nos fue mal.

Se han hecho muchas bromas y atacado a la Merkel por su firmeza y negativa a los bonos europeos. Estoy convencido de que la solidaridad es la base de la comunidad europea pero tampoco hay que ir de tontos por el mundo. Lo que no puede ser es que yo en Alemania pague impuestos elevadísimos, tenga que trabajar hasta los 67 años, aporte al bote común de ayuda europea y en Grecia un peluquero, por tener una profesión de riesgo (¡manda huevos!), pueda retirarse con 55. No señor, así tampoco. Aquí o jugamos todos con las mismas reglas o no jugamos. Y eso es lo que dice la abuelita Merkel.

Pero por otro lado no puedo dejar de indignarme cuando leo noticias en el periódico como la de esos diputados y ministros que cobran dietas de alojamiento teniendo de dos a tres pisos en Madrid. Y lo de hoy clama al cielo: Al señor Divar le van a conceder por dimitir una indemnización de 208000 € durante dos años. 

Y eso ¿por qué?

Aquí o jugamos todos o ninguno.

No puedo aceptar el que el gobierno tome medidas para unos y no para otros. 

Os dejo el escrito de Luis con el que estoy más que de acuerdo:

¿Por qué este gobierno de pacotilla, votado por la mayoría de los españoles con tanto fervor patriótico, al igual que ha hecho el francés, no ha aprobado un impuesto que grave a las grandes fortunas? Respuesta (mía): porque se estarían gravando a ellos mismos, a sus familiares, a sus amigos y a los banqueros que tendrían que estar en la cárcel. Creo que no hay nada que hacer mientras el pueblo español solo salga a las calles para celebrar los triunfos futboleros de un grupo de millonarios insolidarios. España, empujada por estas interesadas e injustas medidas, va hacia el abismo de la pobreza y de la exclusión social de los más desfavorecidos. Algo tendremos que hacer. ¿Nos vamos a quedar de brazos cruzados? Creo que la mayoría está dispuesta a hacer sacrificios no para salvar a una banca amoral y corrupta, sino para que se redistribuya la riqueza con equidad, pues, de sobra, hay para todos. Puede que el camino a seguir sea el de la desobediencia civil, para así sacudir las dormidas conciencias de esos políticos abyectos que ayer aplaudían con desfachatez desde sus poltronas del Congreso a su líder, mientras éste anunciaba la gran mentira que va a llevar a España a la desintegración social.

Luis

jueves, 5 de julio de 2012

Carta a un anónimo


 

Querido anónimo/a:

Ayer escribiste en la entrada sobre Chiara:

¿Y para cuando Dios nos pedirá perdón a todos por las maldades del Mundo que el creó? No entenderé nunca como podéis hablar del amor de Dios y ver todo el dolor, sufrimiento y muerte que hay, si ese es el precio por ser "libres" (libres de qué?), casi que nos iría mejor siéndolo menos. Además los animales sufren y mueren también, es por su libertad o por el Pecado Original. De verdad que no os entiendo”.

Yo tampoco lo entiendo, la verdad, y es por eso por lo que desde hace años me dedico a repensar las razones de unas creencias que me fueron transmitidas por tradición. Algunas de esas reflexiones las puedes encontrar en este blog. Soy consciente de que, antes que yo, muchos lo han intentado. Pero me resisto a que en cosas tan fundamentales alguien piense por mí. Lo tengo que hacer yo solito. Por eso, aunque soy científico, me he interesado siempre por la filosofía y, sobre todo, por la rigurosidad de los razonamientos (como hacemos en ciencia) preguntándole a filósofos, teólogos y algún que otro charlatán una pregunta fundamental:

  “¡Oiga, y ¿eso?.. ¿usted cómo lo sabe?!

Hay muchas preguntas que no podemos contestar de momento, y quizá nunca lo hagamos, de manera satisfactoria, empezando por aquello de si Dios existe y ha creado todo o si todo lo que vemos existe desde siempre y no hay Dios. Cualquiera de las opciones es, desde mi punto de vista, indemostrable y no atenta contra los principios fundamentales de ninguna lógica. Algunos se aferran todavía a la escolástica y a las famosas vías para intentar convencernos de que Dios existe. Yo sólo he encontrado en estos intentos la fabricación de una teología que, aunque coherente en su construcción, utiliza unos materiales de base equivocados. Ya he escrito sobre el tema y me dieron palos por todos lados por no aceptar por fe las premisas que tenía que aceptar para desarrollar esa filosofía. 

Así que, desde mi punto de vista y de momento, el esfuerzo humano por desentrañar tan insondable misterio, no ha producido el fruto deseado. 

De tu comentario se desprende la conclusión siguiente: 

Si Dios existe es un malvado por permitir el sufrimiento de sus criaturas o, desde otro punto de vista -y considerando incompatible la existencia de Dios con la del sufrimiento-, como existe el dolor, el sufrimiento y la muerte, Dios no puede existir.

Corrígeme si me equivoco pero este parece ser el planteamiento de la cuestión.

Las religiones judía y cristiana creen que Dios creó un mundo donde, al menos para el hombre, no existiría dolor ni sufrimiento ni muerte y esto se deduce del castigo al que somete al hombre después del pecado original (da igual cuál fuera este). Dios nos despojó de los tradicionalmente llamados dones preternaturales.

Como científico, creo demostrada la teoría de la evolución y veo todos los días en el laboratorio las huellas de su existencia, por mucho que se empeñen los fundamentalistas cristianos. Como creyente creo que Dios con “un chasquido de sus dedos” inició la existencia y planeó, junto con las leyes de la física, las leyes de la vida: la evolución de la materia hasta la aparición de la vida y del hombre. Como científico sólo puedo observar, estudiar y considerar como plausible todo lo acontecido desde el Big Bang (si este fue en verdad el comienzo y no es parte de un ciclo eterno) hasta la aparición del hombre como producto de la evolución y ahí tengo que parar. Si luego Dios actuó extraordinariamente y confirió al hombre características especiales como la inmortalidad, el control de sus pasiones, la ausencia de enfermedad o dolor y sufrimiento es algo que sólo podemos abordar desde el punto de vista de la religión. Lo que sí es cierto es que el dolor y la muerte están íntimamente ligados a las leyes de la naturaleza, son el reverso de la moneda, y si Dios quiso preservarnos de esta parte no hay rastro en la historia de la naturaleza de que eso haya sido así. Es algo que nunca podremos saber.

Pero existe un punto de inflexión en esta historia y es Jesucristo. Ya sé lo que me vas a decir, que eso es también religión y que pertenece al ámbito de la fe, pero no estoy del todo de acuerdo. 

Si ese hombre de Nazaret resucitó, su resurrección fue un sucedido concreto en la historia de la humanidad. Podremos discutir si aconteció o no y ya lo dijo S. Pablo, si Cristo no ha resucitado los cristianos seremos muy buenos pero, en definitiva, una pandilla de lelos engañados. Aquí ya no estamos hablando de fe. Esto es creerse o no lo que contaron unos hombres sencillos que se jugaron la vida y la perdieron por insistir en que este hecho ocurrió. Si analizamos la crónica de lo sucedido y aunque la pongamos en duda, se desprende que estos tíos no esperaban en absoluto el que Jesús resucitara. Él se lo dijo varias veces pero o no lo entendieron o no se le creyeron. El hecho es que, después de ver morir a Jesús, se escondieron por miedo y ni en pintura esperaban que el Maestro resucitara. Pero algo sucedió a los pocos días. De repente, salen a la calle y no se dedican a enseñar una filosofía o a predicar sermones, se ponen a decir sin temor alguno a todo el mundo ni más ni menos la locura de que Jesús ha resucitado porque ¡¡ lo han visto !!

Muchos han dicho que los discípulos mintieron al decir que lo vieron y poder así seguir adelante con una secta cuyo fundador había sido ejecutado. Pero… ¿para qué? me pregunto: ¿por dinero? ¿por poder? ¿por controlar al personal? No consta que esa secta tuviera especial éxito, es más, dejaron que los matasen uno a uno por mantener que habían visto al Maestro vivo. Me podrás decir que es así como mueren los fundamentalistas de cualquier religión, y por esto, por ejemplo, se inmolan radicales islamistas aferrados a la idea de que al hacerlo se ganan el paraíso. No es lo mismo, y ésta es la manera en la que yo lo veo:

Todo el mundo puede dejarse matar o morir por algo que cree que es verdad. Pero no es normal que alguien, y en este caso fue mucha gente (recuerda que se dice que lo vieron más de quinientos discípulos), se deje matar por algo que sabe que es mentira. ¿Quién lo haría?

Es el testimonio vital de esa gente lo que me hace pensar que la historia tiene visos de verosimilitud. Si ponemos todo esto en contexto, si leemos lo que se había escrito miles de años antes y los judíos conservan con celo hasta el día de hoy, podremos ver que la historia tiene mucho sentido, una historia en la que Dios se hace hombre no sólo para rescatarnos de nuestro destino sino para solidarizarse con nosotros en el dolor y sufrimiento al que fuimos abocados por nuestra culpa. Pero esto es tema para otra entrada que esta ya se me ha hecho demasiado larga.

Así es, de momento, como lo entiendo e intento actuar en consecuencia aunque no siempre lo consiga.


Un saludo de uno que también quiere entender.

miércoles, 4 de julio de 2012

Duerme en paz y aleja de tu lado los demonios de la noche



Carmen Torres Ripa viuda del periodista José María Portell, asesinado por ETA en 1978, ha dirigido una carta al ex-etarra José Luis Álvarez Santacristina, «Txelis», después de su petición de perdón. 
 
 

Cuando salga este escrito se habrán publicado muchos comentarios sobre tu petición de perdón. Quizás llego tarde, pero escribo a los diez minutos de haber leído el artículo que publicó DEIA firmado por ti. «Dios es testigo -dices- de que estoy profunda y sinceramente arrepentido». Estoy emocionada. Decía Shakespeare hace muchos años que el perdón bendice al que lo da y al que lo recibe. En este momento siento un bautismo de agua limpia porque -y son palabras de la Madre Teresa de Calcuta- «el perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás la paz en tu alma y la tendrá el que te ofendió».
No me gusta escribir estas impresiones en público, en plan Gran Hermano, pero hay veces que hacen falta señales visibles de que el mensaje llega a su destinatario. Yo he recibido la carta como si me la hubieses enviado por correo particular, con sobre y con sello. Cuando leas esta respuesta, piensa que te llega de manos del cartero en esta mañana de julio.
Has tenido que pensar mucho antes de esta decisión. Tanto que reflexionas filosóficamente sobre la palabra perdón y tú necesitabas el perdón, porque es imposible caminar con todas las heridas abiertas. No sé si te servirán estas palabras, pero yo acepto las tuyas con todo el cariño con que han sido dichas. Sé que te habrán costado sangre. No por ti -que en tu intimidad, eso se nota, estabas deseando- sino por los compañeros que posiblemente no compartían esta decisión valiente. Creo, José Luis, que estarás de acuerdo con un clásico que asegura que somos bestias cuando matamos, somos hombres cuando odiamos, como Dios cuando perdonamos.
Es difícil recibir el perdón para quien ha sufrido el desgarro de la muerte, pero también es una postura gallarda humillarse. Un dicho popular asegura que el hombre cuando se arrodilla es más grande. Es magnífico si con esa postura mitigas el dolor.
No me gusta la palabra victimario, pero quizás a ti te resulte más fácil ese término que el de asesino. Han pasado muchos años y es muy duro que esa palabra te vista con sayones negros. Has visto la luz al fondo del pasillo de la cárcel y me encantaría poder darte la mano por ese camino luminoso. No es fácil. El perdón es una disciplina políticamente incorrecta. Hoy te darán la primera página, pero después vendrá el vacío de los que se consideraban tus amigos, el vacío hacia dónde quieres llegar y el vacío de los que no quieren acompañarte. No te desanimes. Jesús, ese hombre excepcional al que citas, dice que el perdón os hará libres. Duerme en paz y aleja de tu lado los demonios de la noche. Lo hecho, hecho está. Nunca se puede rebobinar el pasado, pero el futuro se puede empezar cada día. Hoy, José Luis Álvarez Santacristina es el primer día de tu nueva vida. Txelis, tu nombre de guerra, ya no está.