jueves, 31 de julio de 2008

Y la última vez (de momento) sobre el tema


Despué de tanta discusión en el blog del P. Fortea, ha aparecido el testimonio de una persona que estuvo poseída y es ayudante de varios exorcistas. No es el único que escribe allí que dice haberlo estado aunque algunos, por lo que dicen y como lo dicen, me parece que tienen más problemas sicológicos que de posesión. Os presento el testimonio de una persona con el nick de Flamesword y que merece la pena leer aunque que te pone los pelos de punta. Como el testimonio es público lo copio aquí. Voy a ir dejando de hablar de este tema en el blog porque tengo que reconocer que me empieza a dar yuyu. Ahí va:

"Queridos hermanos:

Tengo que reconocer que ayer fui injusto. No porque no esté seguro de lo que escribí, sino porque negué al Padre la posibilidad de defenderse. Lo que a continuación os cuento es posible que os sorprenda, incluso que me neguéis la credibilidad en mis opiniones por loco, pero criticar con impunidad no es mi deseo, en primer lugar porque aunque esté seguro de lo que dije y lo mantengo, reconozco que no puedo conocer todas la variables y me puedo equivocar, aunque esté seguro de que lo que afirmé, es la verdad a mis ojos.
Lo que he dicho es por Mt 18, 15-17
en cuanto a la corrección fraterna. Por supuesto acepto toda corrección que me quieran hacer y por mi parte el Padre Fortea puede contar lo que le parezca oportuno de "mis" cosas, las cuales intentaré resumir a continuación:

Como afirma Margalida uno que anda en la noche y sin pisar la Iglesia no se puede convertir de repente sin que le pase "algo".

La verdad es que en toda la vida apenas he tenido momentos de paz.

Desde que nací convivo con una enfermedad de la piel que va y viene y por más médicos a los que he acudido, nadie ha sabido explicar y mucho menos curar.
Luego ha sido todo muy difícil en estudios, amores, relaciones familiares, en fin, en casi todos los órdenes de la vida.

En octubre de 2006 estaba muy atormentado por estas cosas y como he dicho viviendo una vida "aparentemente normal" me puse de rodillas y pedí a Dios que me librara de todo, que por qué me había tocado a mi todo eso. Eso fue un viernes. El domingo tuve una comida familiar a la que asistió un familiar mío sacerdote, que me llamó a solas asegurándome que había tenido una luz del Señor en la que se le desvelaba que toda mi vida de continuas desgracias, era muy posible que se debieran a la acción especial de un demonio y que deberíamos realizar una oración de prueba, para confirmar o descartar esa posibilidad.

Llegamos a una capilla fría y en penumbra en la que algo me decía que no entrara, que allí había una secta o algo peor. Me sobrepuse por respeto a mi familiar y entré. Vi a un sacerdote ensotanado y le saludé correctamente (me sentía como un toro recién salido a la plaza, mirando todo y calibrando lo potencialmente agresivo hacia mi persona). Me recibió seriamente y tras unas breves recomendaciones, comenzó a orar. A los pocos minutos comencé a sentir como si llevara una máscara puesta y una tensión en los brazos que intentaba dominar y no podía, además de un odio furibundo contra esa persona. Me dominé y les indiqué estas sensaciones, momento en el que se dirigió a una supuesta entidad ajena a mi persona, conminándola en el nombre de Jesús a que se manifestara. Algo dentro de mi conciencia se resistía y yo no quería intervenir, les dejaba que hicieran su trabajo, hasta que a los pocos minutos brotó de mi garganta una risa maligna, la de alguien que había estado haciendo el mal impunemente y había sido descubierto. Intenté callar pero no podía, así que me dediqué a escuchar como un espectador con los ojos cerrados, la breve conversación que se mantenía, hasta que en un momento el Padre Fortea empezó a hablarme en latín. Yo todo el latín que sabía lo había estudiado en 2º de B.U.P. hacía más de 15 años, pero lo entendía todo. Me dijo en latín que le mirara a los ojos, me resistí, pero al poco me encontraba taladrando las pupilas del Padre con un odio como no he sentido en mi vida y las cuales veía como si me hubieran puesto unas gafas de color rojo. Se rezaron unas pocas oraciones más y acabó la sesión con el evidente diagnóstico. Posesión.

De camino a casa estaba dando sentido a mi vida, explicándome tantas cosas...
Casi no oía a mi familiar comentarme que tenía que cambiar de vida, confesarme, volver a los sacramentos y a la oración y acordar la siguiente cita.

En verdad ,más que asustado me sentía aliviado, pues creía que algunos nacen con estrella y yo había nacido estrellado para el resto de mi vida y veía la posibilidad de tener "algo" de suerte cuando la pesadilla acabara.

Entonces fueron pasando los meses de oraciones y cada vez me ponía más en el Señor, volví a los sacramentos y me hice de la renovación carismática.

Participaba en los exorcismos un grupo de laicos, mi familiar llevaba las sesiones por orden del obispo y el padre Fortea participaba cuando podía.
La verdad no es plato de gusto. Lo bueno es que el Señor permite que sea consciente en todo momento y he aprendido mucho, gracias al ansia de saber que ha sido constante en mi vida, por lo que elegí una carrera de ciencias. He grabado unas cuantas sesiones y la verdad sorprende escucharte a ti mismo con una voz que no es la tuya profiriendo disparates, así que Armandito, de verdad sé un poco de qué estoy hablando.

Ni qué decir tiene que estas cosas te dan una fe que se te sale por la orejas y si realmente el Espíritu Santo te da espíritu de revelación, te das cuenta de que eres un privilegiado, observas cómo Dios trabaja en tu espíritu (en cada exorcismo hay una efusión del Espíritu Santo); aceptando la voluntad de Dios comprendes que el sufrimiento merece la pena en Jesucristo, y Dios te permite no sólo ver, sino sentir el "otro barrio" y ves las manos del alfarero trabajando tu barro (lo peor es que hay que pasar por el horno para terminar el vaso, pero como le dije al Señor: Si quieres hacer tu vaso, vale, pero píntalo bonito). Somos testigos de tantas maravillas, que merece la pena pasar por esto. Se da tanta gloria a Dios, que la capilla es un pedazo del cielo en la tierra. Se te quitan los miedos a todo, aunque cruja la capilla, se nos inunde, se vaya la luz, o lo que sea.
Y diréis ¿Y por qué te pasó esto?

El enemigo obligado por el Señor tuvo que reconocer que entró porque una persona (de la que todavía somos íntimos en la familia) echó una maldición a mis padres el día de la boda, pues quería casarse con mi padre y no pudo). Pero ya la he perdonado.

Para Ferrán: El Señor permitió ese mal en mi persona, para obtener un gran bien, que consiste en que haya conocido personalmente a Jesucristo y tenga comunión en sus padecimientos y en su gloria, pues el Señor a través de Su Espíritu me permite tener una inmensidad de carismas como el hablar lenguas, el discernimiento de espíritus, la espada espiritual (de la que saco el "nick"), manifestación de espíritus, profecía, palabras de conocimiento, carisma de sanaciones (este está empezando, pero el Señor ha querido curar a unas pocas personas por mi humilde imposición de manos), palabra exorcística ( que la sola escucha por parte de un demonio lo pone en fuga y más si la pronuncia un exorcista), interpretación de lenguas (aunque sólo he podido interpretar unas 30 palabras), algunas visiones de los demonios o de los ángeles, y otros no tan evidentes y todos están puestos al servicio de la comunidad para ayudar a otros que tienen estos problemas.

El Espíritu me instruye en sus dones (que todos tenemos por el bautismo): Fortaleza (para aguantar el tema),Piedad (para que me gusten las cosas de Dios), Temor de Dios (porque ves que las cosas del demonio no sirven para nada y no quieres condenarte), Consejo (para ayudar a otros), Ciencia( para llegar a Dios desde las cosas de este mundo, Sabiduría ( para ver las cosas de este mundo con los ojos de Dios) , Inteligencia (para conocer las cosas desde sus últimas causas)y muchos de los frutos : Paz, gozo, alegría,....

Y en el otro lado del plato, aguantar grandes tentaciones, venganzas del enemigo, desprecios, calumnias, hechos preternaturales en casa (como el día en que entraron en casa un montón de moscardones gordísimos (tengo fotos del móvil) y se pusieron en el techo sin moverse y mis amigos se fueron echando humo gritando: ¡Beelzebul, Beelzebul!)
y otras cosas que es un tostón comentar.

Pero como dice san Pablo: considero todas estas cosas como basura ante el conocimiento de Jesucristo.

El Señor me pide que de este testimonio. Él sabrá por qué.

El problema que os he comentado estos días es que nuestra querida Marta y sus acompañantes deciden cuáles de estos dones son de Dios y cuáles no (cuando supuestamente ella está peor que yo) y sin escuchar a los sacerdotes. Ha venido también un par de veces a rezar por mí y si quisiera venir más no tendría problema.

También ha convencido a Fortea de que no debo rezar por la gente; el otro sacerdote me pide constantemente que vaya porque se hacen grandes progresos cuando el Señor nos da luz.
Recuerdo una vez que estaba Fortea orando por varios casos y el preguntó a un joven qué había sentido cuando le impuse las manos y el chaval dijo que se sentía mucho mejor.

Con Marta se graban (o se grababan) todas las sesiones y en la que recé por ella según contaron, salieron 43 demonios, pero vi un árbol hecho con cadenas que ya no le gustó y no volví más, de eso hace un año y pico, casi dos años , si mal no recuerdo.

Reconozco que Satanás se puede vestir de ángel de luz y utilizarme para hacer daño, pero los sacerdotes exorcistas tienen el poder de reprimirlo en el Nombre Santísimo de Jesús y en mi caso, que yo recuerde, ninguna persona ha referido que se siente peor u objetivamente se ha visto empeorar el caso y varios miembros de mi comunidad me piden que rece por ellos incluso por sus hijos pequeños con sorprendentes resultados.

Bueno, pues ya me he quedado a gusto; y con mucho idem, si el Padre lo permite en este blog contestaré a las dudas que sean razonables.
Como dije ayer, el exorcista debe guardar el secreto de confesión, pero por mi parte puede contar lo que estime oportuno para que sirva de testimonio a otras personas o para corregirme si he cometido errores.

Un Saludo y siento la longitud del post.
Como ven siento un inmenso aprecio por el Padre Fortea, lo que no implica que de la lata cuando creo que se equivoca.
11:45 AM"

Hasta aquí el testimonio de Flamesword. Como se ve, ya empiezan a haber explicaciones sobre el caso de Marta.
Prometo que la próxima entrada será sobre algún tema algo más divertido.

miércoles, 30 de julio de 2008

Contestando a un comentario en el blog del P. Fortea


He contestado a un comentario de una persona que ha participado en el exorcimo de Marta y que me decía que el Padre Fortea no podía contar más. Ahí va mi opinión que dejé en el blog del P. Fortea:

"No, no se trata de que el P. Fortea rompa el silencio de oficio que debe a su profesión. Se trataba de que se aclarase un tema que, desde mi punto de vista, tenía un gran interés y un gran valor general y no como caso particular en el exorcismo de Marta. Hoy he encontrado en Internet extracto del libro del P. Fortea donde él mismo habla del exorcismo y he de reconocer que, como él mismo me adelantó en su mail personal, aclara un poco la situación (sin romper ningún silencio de oficio, by the way). Ustedes lo saben mejor que yo, pero parece ser que el demonio no podía salir porque Dios lo impedía para que cumpliese la misión de que el mundo se concienciase. De ahí puedo deducir que lo que Vidal escribió en su periódico, en parte, es verdad: que el Padre Fortea le invitó a presenciar una sesión. Luego la cosa se lió con una grabación no autorizada y el posterior programa en Antena 3 (que no he visto) y donde parece ser que todos se tiraron los trastos a la cabeza. A mí lo único que me interesa aquí es el significado teológico de todo esto. Me interesa la verdad. No entiendo la reticencia por hablar de este asunto. Si lo que dice el P. Fortea es verdad entonces Dios quiere que se sepa, que se hable de esto. Cuanto más follón mejor para que nos concienciemos. Por otro lado no se puede al mismo tiempo ocultar informaciones que serían de gran utilidad (sin dañar a particulares) para mucha gente arguyendo que este tema no puede estar a abierto a la curiosidad de la gente ¿En qué quedamos? Vamos a ver, si el P. Fortea ha mantenido conversaciones con el mismísimo Arcángel S. Miguel con una posesa como intermediaria, si ha intercambiado información con el demonio y se ha reído de él y con él… y además cree firmemente que esto es verdad ¿cómo quieren que los que creemos en Dios, nos interesa el mundo espiritual nos mantengamos al margen? Si todo esto es cierto se tiene que saber… al margen de que se respete, por supuesto, la intimidad de las personas implicadas. No sólo se tiene que saber sino que el P. Fortea y la misma Iglesia deberían inicia una campaña para demostrar con hechos que esto es verdad. Y no mandarnos a leer sus libros donde el demonio habla sobre ETA y el 11M, el país vasco, la situación de España, la victoria del PSOE y algunas cosas más que, a mi modo de ver son irrelevantes cuando se comparan con la magnitud de lo que aquí se está cociendo. ¡Coño, que dice que el Arcángel San Miguel se ha comunicado con él! Y este último comentario no va de coña. Creo en Dios, creo que existe el diablo y creo que existen las posesiones. Me apena que los hombres sembremos todo de confusión."

jueves, 24 de julio de 2008

Otra vez el Padre Fortea

Escribo esta entrada con pena. Entré en el blog del Padre Fortea debido a sus ataques a la COPE y en su blog, Fortea me ha censurado un comentario que versa sobre lo que cuento a continuación. Y la verdad es que no sé por qué. Es una historia antigua pero que hoy saco a la luz en loor de la justicia y la verdad y porque cuando las cosas se lían hay que desliarlas. Luz y taquígrafos, así debe ser. Hace unos cinco años leí en la prensa sobre el exorcismo de Marta (se puede encontrar en Internet) escrito por dos periodistas supuestamente invitados por el Padre Fortea. Cuando pedí información sobre las dudas que expongo en los correos electrónicos que copio a continuación, el Padre Fortea contestó que la respuesta estaba en el nuevo libro que acababa de publicar. Yo había comprado el primero que salió a la venta pero como me reboté con su contestación no compré el segundo. No tengo nada en contra del padre Fortea y le admiro por su valentía en su oficio como exorcista que a mí me haría funcionar por ahí con pañales del puro miedo, pero a mí me gustan las cosas claras y cuando se empieza a esconder, ocultar y retorcer y se evitan dar explicaciones entonces… malo.
Poco después recibí el comentario de un familiar lejano mío, cercano a la jerarquía, que se mueve en el mundillo clerical. “¿Fortea? Sí, sé quien es…” e hizo un comentario como diciendo que sabía de qué pie cojeaba o que clase de persona era.
Cuando le he seguido en sus blogs, y he visto que constantemente todo de lo que hablaba, comentaba o hacía giraba entorno a su persona me di cuenta yo también a lo que se refería este familiar. No pretendo desde este blog hacer daño a nadie y menos a un sacerdote de la Santa Iglesia Católica y Romana. Sólo pido explicaciones. Si lo que los periodistas publicaron no es verdad ¿por qué no reaccionó Fortea? y si es cierto ¿por qué lo oculta ahora? ¿Padre Fortea es cierto o no lo que se publicó en El Mundo? ¿Invitó usted a los periodistas o pidieron ellos ser invitados? ¿Qué versión tenemos que creer? Una pena que los que tenían que ser luz del mundo contribuyan a que se mantenga la oscuridad en nuestras mentes.

He aquí el intercambio de mensajes:


To: web-de-psiquiatría y-posesión

Subject: Una pregunta
Date sent: Tue, 25 Nov 2003 17:27:20 +0100

Este mensaje es para el Padre Fortea:
Estimado Padre Fortea:
He leído las informaciones de los dos periodistas que presenciaron un exorcismo realizado por vd. en Madrid. Creo haber entendido que el diablo le pidió en alguna sesión anterior que invitara a los periodistas. Mi pregunta es: ¿Con qué fin? El conocimiento sin duda de la existencia del diablo nos llevaría inmediatamente a utilizarla como prueba de la existencia de seres espirituales y por tanto de Dios. ¿No le parece una estrategia un poco simple por parte del diablo? He leído con interés su libro. Felicidades y rece por mí. Por cierto, muy sugerente su número de identificación fort939. Le envío la dirección de mi página web por si la encuentra de interés.


From: web-de-psiquiatría y-posesión
Subject: Re: Una pregunta
Date sent: Tue, 25 Nov 2003 22:58:40 +0100 (CET)

Estimado José:


Como colaborador del Padre Fortea, muchas gracias por sus palabras, pero enseguida le diré que su interpretación de la invitación a los periodistas no es correcta, dado que fueron ellos los que pidieron asistir a una sesión de exorcismo y el Padre Fortea no puso ningún impedimento, en cualquier caso dichos periodistas han relatado en articulo de prensa lo que ellos presenciaron y se ajusta a la realidad de los hechos tal y como fueron. En nombre del Padre Fortea seguro que rezará por Vd.
Que Dios le bendiga.


To: web-de-psiquiatría y-posesión
Subject: Re: Una pregunta
Wed, 26 Nov 2003 11:19:09 +0100

Gracias por su rápida respuesta.

Permítame que le muestre una parte del texto del periodista José Manuel Vidal "El exorcismo que yo viví en Madrid" aparecido en El Mundo el 22 de septiembre de 2002 y que sin duda conoce:
".. Un par de días antes, recibí en mi móvil una llamada especial. Especial no por ser de un cura (recibo muchas), sino por ser de un exorcista católico (hay un par de ellos en España) que suelen mantenerse muy alejados de los periodistas. Quiere invitarme a presenciar un exorcismo. Me quedé de piedra. Asistir a un exorcismo oficiado por un sacerdote autorizado por el Vaticano es un auténtico caramelo para alguien especializado en información religiosa. Hasta ese momento y a pesar de llevar más de 20 años en la profesión, lo único que había conseguido fue entrevistar al exorcista oficial de Roma, el padre Gabriel Amorth"

En este texto es evidente que el periodista es invitado por el sacerdote. Quizá, pero no aparece en el texto, el periodista podría haber solicitado la invitación con anterioridad. Pero de la manera que lo cuenta: el asombro y el quedarse de piedra no se corresponde con la situación en el que el periodista hubiera solicitado la invitación.

Mas adelante:

"... «No soy ningún showman ni quiero publicidad. Si estáis aquí es porque os necesito para liberar a la chica. Tendréis que ser muy prudentes. No podréis dar pista alguna que permita la identificación ni de la muchacha ni de su madre."

Parece que el Padre Fortea les necesita para liberar a la chica del demonio.. ¿por qué? Lo ha perdido el demonio como condición para salir? En la segunda sesión están Javier Paredes y Luis Losada. Ellos quizá si pidieron estar presentes en el exorcismo.

"...Satán responde Zabulón-, pero ya se ha ido. Y, a continuación, y sin preguntarle nada, vuelve a escribir: "Falta 1 persona". Y subraya el "1" varias veces. -¿Qué persona? Ante esta pregunta, la mano suelta el lápiz y Marta cierra fuertemente los labios. Zabulón no quiere responder. -Dame un signo para que sepa quién es -insiste el exorcista, pero los labios de la endemoniada permanecen sellados. Tras un largo e impresionante forcejeo, descrito detalladamente por el periodista, el P. Fortea logra finalmente obtener el nombre del "faltante": se trata de una persona conocida que permitiría cumplir el objetivo verbalizado en anteriores sesiones: "Que se conciencien"... de la existencia de los demonios."

Y éstos textos o no son ciertos o son inexactos, pero son los que me han llevado a plantearme que en el exorcismo de "Marta" el diablo pide como condición la presencia de ciertas personas y como argumento el que se conciencien de la existencia de los demonios.....

Mi pregunta sigue siendo la misma:

¿Cuál es la estrategia del demonio? parece que si creemos en los demonios (yo personalmente creo) sería más fácil creer en Dios O ¿Es algo que está haciendo Dios por medio de ese demonio para "Que se conciencien de la existencia de los demonios".

Gracias por su paciencia y me gustaría que me diera una explicación sobre este tema. Y si los textos publicados son inexactos creo que merecería la pena una explicación por parte del Padre Fortea sobre los mismos ya que pueden llevar a confusión. Le ruego que si no puede contestar a estas preguntas se las haga llegar al Padre Fortea de mi parte. Muchas gracias.

Sinceramente,
Jose


From: José Antonio Fortea Cucurull
Subject: hola
Date sent: Fri, 28 Nov 2003 07:37:00 +0100 (CET)

Hola, soy el padre Fortea. Los textos publicados no son perfectos en cuanto a fidelidad. El texto exacto aparece en Summa Daemoniaca que acabo de publicar. Cuando uno lee lo que realmente dijo el demonio todo queda claro. Algunas cosas de la historia siguen un poco oscuras, pero me temo que ciertas partes de la historia seguirán todavía ocultas. Nunca hay que fiarse al 100% de los periódicos ni cuando citan entre comillas. Que Dios le bendiga.
Nota: no envíe mensajes a este e-mail, sólo es para enviar mensajes no para recibir.
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Bueno, pues el comentario que hice ayer en el blog del Padre Fortea iba de esto y fue suprimido por el administrador. ¿Por qué?


Ahí queda eso.

miércoles, 23 de julio de 2008

Indiferencia

Os presento una noticia que sucedió hace unos días en Italia. Hay polémica sobre si los bañistas ayudaron o no pero las fotos muestran la asquerosa realidad. Esta es la condición humana, esta es la naturaleza del hombre, este es el triunfo de la evolución, este es el comportamiento del primate colocado en la cúspide de la pirámide animal y que ha perdido todo referente moral. Esto es un ejemplo más del desprecio por la vida humana y el egoismo asqueroso a la que puede llegar la sociedad ¿Te asombras de que esto pueda haber pasado? Yo no.

Indiferencia de bañistas ante dos niñas gitanas ahogadas causa estupor en Italia
Las fotos que recogen la indiferencia de algunos bañistas ante los cadáveres de dos niñas gitanas en un playa cercana a Nápoles (sur de Italia) han causado hoy estupor en el país y las críticas del arzobispo de la ciudad, Crescenzo Sepe.
Efe Roma

La prensa italiana publica hoy fotos en las que se ve a dos personas que toman el sol a pocos metros de los cadáveres, cubiertos por unas toallas de playa, de Cristina y Violeta, de 11 y 13 años, que se ahogaron el pasado 19 de julio tras ser arrastradas por la olas.
"Éstas son las imágenes de nuestra ciudad que no querríamos ver nunca", afirmó el arzobispo Sepe, quien consideró que la idea que dan estas instantáneas sobre Nápoles es peor que la que dio la vuelta al mundo a causa de la crisis de las basuras que inundaban las calles de la provincia.
El cardenal añadió que "mirar hacia otra parte o pasar del tema en algunas ocasiones puede ser más devastador que los acontecimientos".
Los servicios de rescate intentaron reanimarlas, pero fue imposible y sus cadáveres permanecieron en la playa alrededor de una hora mientras se esperaba la llegada de la empresa de pompas fúnebres.
Por su parte, Franco Iannuzzi, alcalde de Monte di Procida, localidad donde se produjo el suceso, aseguró que, según habían explicado testigos presenciales, los bañistas que se encontraban en la playa habían intentado salvar a las niñas.
La Guardia Costera informó de que las dos muchachas acompañadas por dos amigas habrían decidido bañarse, pero las olas y las fuertes corrientes las arrastraron mar adentro.
El aviso de los bañistas permitió además que los socorristas pudieran rescatar a dos de las niñas con vida, mientras que las otras dos fueron llevadas hasta la costa donde intentaron reanimarlas sin éxito.

martes, 22 de julio de 2008

María Magdalena

Hoy se celebra el día de Santa María Magdalena. Originaria de Magdala, localidad situada en la costa occidental del lago Tiberiades, fue la mujer de la que Jesús echó siete demonios y que tuvo las agallas de estar presente en la crucifixión y el privilegio de ser la primera a la que se le apareció el recién Resucitado. La tradición la supone mujer pecadora, una mujer de la calle, en román paladín: una puta. Algunos creen que fue la mujer salvada por Jesús de ser lapidada y otros la identifican con la que, arrepentida de su mala vida, lavó con sus lágrimas los pies a Jesús y los secó con sus cabellos. La figura de María Magdalena ha desatado la imaginación de muchos y ha hecho correr ríos de tinta con especulaciones, teorías y ficciones entre las que destaca el refrito escrito (porque la idea no era nueva) en el libro de Brown “El Código Da Vinci” donde se le supone una relación más que estrecha con Jesús y que tiene su base en la imaginación calenturienta y sucia de algunos que se dedican a ridiculizar o distorsionar lo que su razón o voluntad se resisten a admitir como verdadero, o de esos otros que son incapaces de pensar que pueda existir algo medianamente puro sobre esta sucia tierra. A propósito de este libro, se ha hablado mucho sobre la pintura de la última cena y se ha intentado identificar a la persona que se encuentra a la derecha de Jesús con esta mujer. Le estuve dando vueltas al asunto casi convencido de que Leonardo no había pintado a un adolescente sino a una mujer por lo afeminado de la pose; le di vueltas hasta que una luz me despejó toda duda y me volvió a la realidad arrancándome del fantástico mundo de estos predistigitadores: no dudo que Leonardo pudiera incluir secretos, bromas y acertijos en sus pinturas pero si en el cuadro de la cena la persona sentada a la derecha de Jesús es María Magdalena, entonces nos dejó con el mayor de los secretos:¿Dónde coño se había metido el adolescente Juan? ¿Había ido un momento al servicio y no llegó a tiempo para salir en la foto? Este pensamiento tan sencillo me basta para desmontar toda la teoría sobre el cuadro. Si Leonardo hubiera querido pintar a Maria Magdalena en la última cena debería haber pintado a trece apóstoles y no a once y a una mujer.
Siempre me ha fascinado la figura de esta mujer. En mi mente la tengo asociada a la fisonomía de Anne Bancroft (+ 2005), actriz que la representó magistralmente en el fabuloso Jesús de Nazaret (1977) de Zeffirelli. Desde pequeño se me quedó grabada su cara como la representante de todas las putas del mundo y siempre recordaré la escena en la que, después de cobrar un servicio, tira las monedas con rabia, desesperación, asco y amargura. La amargura, ese pan nuestro de cada día de millones de mujeres y niñas entre las que, estoy convencido, hay personas mucho mejores que nosotros. Como pecador que soy, siento esa paz interior al saber que, a pesar de nuestras miserias, podremos un día levantar la cabeza y mirar a los ojos al que es capaz de perdonar todos nuestros egoísmos, traiciones y suciedades, como una vez ya hizo con Maria de Magdala, esa mujer que fue puta y santa y a la que Jesús mimó con delicadeza extrema porque había amado mucho.

lunes, 21 de julio de 2008

El pedo musical

Hoy, como estamos en verano, brilla el sol en la ciudad alemana donde vivo, estoy de buen humor y llevo un par de entradas recordando, voy a contar un sucedido ocurrido también durante mi tierna y feliz infancia. Fui estudiante de música desde los seis años. Entonces, los que empezamos a hacer pinitos con el piano acostumbrábamos a asistir a algún que otro concierto de música clásica que nos animaba a seguir la ardua tarea de aprender la solfa. Esa tarde, el concierto lo ofrecía una pequeña orquesta de cámara compuesta por unos extranjeros que, si no albinos, eran más blancos que la leche y procedían de algún lugar del norte de Europa. No me acuerdo bien del programa. De lo que sí que me acuerdo es que viniera quien viniese, tocaran como tocaran, siempre íbamos la panda de críos a pedir autógrafos a nuestros musicales héroes.

El concierto tuvo lugar en Orihuela, en una casa con grandes salones entre la Catedral y la plaza de la Anunciación. He olvidado el sitio exacto de tamaño acontecimiento, grande por lo que allí sucedió. Pues resulta que esperando a que se hiciera la hora nos fuimos a un quiosco (que no sé si existirá todavía) situado al final de la Calle Mayor, en la plaza teniente Linares (¡gracias Google!); quiosco que frecuentábamos mucho en nuestro camino al colegio y donde, recuerdo, comprábamos cigarrillos sueltos. Pues esperando a que comenzara el concierto nos pegamos la jartá a comer porquerías varias de las que también he olvidado el nombre aunque no su sabor. A los críos que asistíamos a los conciertos no nos cobraban nada, pero teníamos que sentarnos en las sillas que quedaran libres y que generalmente se encontraban al final de la sala. Empezó el concierto. Los albinos tocaban con fruición sus violines, violas, chelos y demás instrumentos alguna obra de un compositor famoso y los espectadores aprovechaban las pausas para carraspear, toser, sonarse la nariz, quitarle el papel de celofán a un caramelo, mover el culo en la silla, y un largo etcétera de actividades terminantemente prohibidas mientras sonase la música (es increíble lo duros que podemos ser con aquellos que no respetan el silencio sagrado que se exige en un concierto) Nosotros, al final de la sala, adquiríamos el porte serio de auténticos musicólogos, haciéndonos los entendidos aunque no comprendiéramos un carajo de lo que allí se estaba interpretando ni de cómo se estaba interpretando. A nosotros, los sonidos procedentes de aquellos instrumentos de cuerda y alguno de viento nos parecían producidos por los mismísimos ángeles y hacían que nos paseáramos por las más altas cumbres de la melomanía.

Fue al final de una frase en la que el oboe llevaba el ritmo con una melodía suave, cadenciosa, y un violín jugueteaba con compases cortos a su alrededor ascendiendo y envolviendo al oboe en una espiral que debía acabar en un silencio pausado. Fue exactamente entonces, cuando ya el violín se esmeraba en completar las últimas notas y los apasionados oyentes se contenían con dificultad, preocupados por no entorpecer ni siquiera con la respiración el final dulce que se avecinaba, fue entonces cuando se me escapó el pedo. Sonó pornográfico, esperpéntico, grotesco, aterrador. Los músicos levantaron la cabeza y miraron hacia el auditorio. Los de las primeras filas volvieron las suyas hacia atrás y lo mismo sucedió con los ocupantes de las filas siguientes, como en una caída programada y en cadena de fichas de dominó. El hecho de mirar hacia atrás era, ante los demás, un acto de exoneración de la culpa, un acto reflejo para demostrar al resto que ellos no habían sido. Cuando me llegó el turno miré también hacia atrás sin pensar que mi fila era la última de la sala lo qué automáticamente me señalaba como culpable. Mientras que los músicos volvían a lo suyo, aunque mirando siempre con el rabillo del ojo hacia el auditorio a la espera de nuevos acontecimientos, me dediqué a lo único que podía dedicarme: a la maniobra de despiste, hacer creer a los demás que el terrible sonido había procedido de las patas de la silla al chocar contra el suelo. En los segundos que siguieron al escape ignominioso de los gases acumulados por la ingesta de porquerías del quiosco me dediqué a mover la silla más de la cuenta, hasta que fui reprendido por el público más cercano.

Poco después el color de mi cara volvió del rojo más ardiente a su tonalidad natural y acabé el concierto como pude, apretando el culo contra el cuero de la silla y evitando así otro indeseado escape. Cuando acabó el evento buscamos a los músicos en su camerino y mientras nos regalaban con sus autógrafos, nos miraban de arriba a bajo como intentando descubrir quien había sido el que había colado una nota de más en su artística y hoy rememorada noche.

domingo, 20 de julio de 2008

La tropa de Santo Domingo

De la que estuve hablando hace un par de entradas (aquí). José Manuel Sanz me envió ayer una "afoto" que yo había perdido (si pincháis en ella se hace más grande). Ballesta, el tercero por la derecha y sentado, la verdad es que no era tan delgado como parece. He visto algunas fotos recientes de algunos y ¡cómo han caído esas matas de pelo! Amigos, espero que paséis un buen verano y que hagamos lo posible por vernos muy pronto el curso que viene. La verdad es que, por lo que veo, ya somos varios (Cartagena, Sanz, Masip..) los que queremos visitar el colegio de nuevo y comernos un arroz juntos. ¡A ver quién se apunta!

viernes, 18 de julio de 2008

El tren de las 23:45


Los hechos que narro a continuación ocurrieron el sábado 27 de junio de 1998. Ese día, emprendí un viaje en tren, con destino Berlín y por asuntos exclusivamente familiares. Nunca lo olvidaré. El punto de partida no importa, ni el nombre del lugar en el sur de Alemania y al que volveré necesariamente donde, tras varias horas de viaje, tuve que permanecer obligadamente media más, esperando hacer el transbordo definitivo que me llevara a mi destino. Media hora puede ser mucho o poco tiempo, no lo sé, pero fué el tiempo suficiente y definitivo para que me aconteciese un extraño suceso:

La estación estaba vacía. Desde mi lugar apartado, andén número cinco, divisaba la entrada pincipal de la estación. Sólo algunos viajeros se veían dispersos, entrando o saliendo, pero ninguno permanecía esperando un tren o a un familiar. El tráfico ferroviario tampoco era muy intenso. A estas horas las vías están ocupadas principalmente por trenes de mercancías de largo recorrido que pasan a toda velocidad, casi siempre sin hacer paradas. Me entretuve en inspeccionar uno de ellos que acababa de llegar. Pude oir perfectamente cada ruido del tren al detenerse. Los sonidos fluían claros, transportados nítidamente en un aire limpio que, para verano, encontré algo fresco.

Todo se iluminó súbitamente y la lluvia hizo que me resguardara bajo la marquesina del andén. Desde mi refugio contemplé al guarda entrar en su garita tras autorizar la salida. El mercancías se puso en marcha y desapareció lentamente tras la cortina de agua que se desplegó en ese instante, era exageradamente largo. Minutos más tarde, un viento suave, pero molesto, y la lluvia fina eran mis únicos compañeros en la estación. Pensé en los habitantes del lugar, guarecidos en sus casas y muchos de ellos, probablemente, ya dormidos. Nada se movía a mi alrededor. En ese momento y doblando una curva apareció la luz de un tren. Con la duda de que fuera el esperado, consulté mi reloj y el de la estación: ambos marcaban las 23:45. No me preocupé, ya que aún debía esperar quince minutos para partir y, además, el tren que se acercaba lo hacía por la via ocho, una vía distinta a la prevista para el mío. Suaves gotas de agua golpeaban el techo de la marquesina. Ese sonido y el chirriar lejano de los frenos eran los únicos ruidos a mi alrededor. En la distancia observé la máquina con curiosidad. No era el tipo de tren que estamos acostumbrados a ver, era uno de esos trenes antiguos que de cuando en cuando aparecen por las estaciones para entretenimiento de los viajeros y deleite de los entendidos. Cuando terminó de frenar no apagó su maquinaria, se encontraba como en espera de no se qué maniobra de los operarios de la estación. Nada ni nadie se movió. El guarda permanecía dentro de su garita haciendo caso omiso al recién llegado. Ningún viajero bajó o subió al tren. Desde la distancia pude oir, de manera confusa al principio, un rumor vago, un largo lamento procedente de gargantas ahogadas: voces en tono de súplica que gritaban en sordina una letanía de quejas y el llanto de un niño. Antes de que pudiera reaccionar, el tren se puso en marcha lentamente. Corrí rápido, saltando sobre las vías que me separaban del andén desde donde partía de nuevo el tren. Cuando llegué al lugar, sólo tuve tiempo de ver los dos últimos vagones. De ellos salían brazos exhibiendo manos suplicantes y, otra vez, el llanto de ese niño separado de su madre. Al empleado, que acudió de inmediato a reprender mi actitud, no le convencieron mis explicaciones porque, como me repitió una y otra vez, ningún tren había llegado desde la marcha del mercancías y la única entrada esperada era la del tren de las 23:45, con destino Dachau y que, además, llevaba retraso.

miércoles, 16 de julio de 2008

Rascando en la memoria

Estos días me estoy llevando alguna que otra sorpresa de lo más agradable. Pues resulta que hace unos años conseguí, investigando en Internet, el correo electrónico de un compañero del colegio al que asistí durante mi infancia y al que llevaba treinta años sin ver. Hace unas semanas Pedro Cartagena, que es como se llama este amigo, contactó de nuevo conmigo porque va a hacer un viaje por centro Europa y ha decidido visitarme. Hemos hablado por teléfono varias veces pero ayer la conversación superó todos los récords de duración. Nunca había estado tanto tiempo hablando por teléfono: DOS HORAS Y MEDIA sin despegar la oreja del aparato, que dejó de oler al perfume de mi mujer para impregnarse de la fragancia del aftershave que utilizo habitualmente. Acabamos a la una y cuarto de la madrugrada y esta mañana, a las seis y media, me han tenido que abrir los ojos haciendo palanca con un destornillador y unas tenazas. Fue una conversación muy agradable donde recordamos nombres de compañeros, sitios recónditos, aulas del colegio y sucedidos que estaban ya enterrados y sepultados por el tiempo en lo más profundo de mi memoria que, por cierto, deja mucho que desear. Los recuerdos empezaron a despuntar al oír nombres de los niños que compartieron con nosotros aquellos años. Me di cuenta del esfuerzo que hacía mi cabeza por recordar cada vez que unos rasgos difuminados se dibujaban en mi pensamiento. Pedro me puso delante de los nombres de antiguos compañeros como los de Agulló, Ballesta, Bascuñana, Bastos, Carmona, García Bas, García Vaillo, Guillén, Grao, Masip, Miñana, Sanz, Ortuño, … podía vagamente recordar sus facciones de niños pero me sería casi imposible reconocerlos ahora, ni siquiera mirando la foto de nuestra comunión que os muestro y donde el menda es el del centro con el papel, la cruz y las gafas.

Juntos recordamos también los nombres y motes de aquellos profesores que nos ayudaron, soportaron y que alguna vez que otra nos hicieron pasar las de Caín, como el Clemente, el Cápula, Don Julio, D. Manuel Espinosa, el Cañete, D. Diego Millán que nunca se me olvidará porque veía su apellido impreso todos los días en las gomas de borrar y siempre creí que las hacía él. De Don Diego tengo un sucedido que nunca olvidaré. D. Diego tenía esas maneras de la época, era un caballero de los de antes: muy católico y muy español. Pues un día sorprendió a uno de la clase con una revista indecentilla, de esas que se enseñaban los colegiales a escondidas en el patio o en los lavabos del colegio. Tengo que reconocer que fue la primera vez que vi a una hija de Eva como si todavía anduviera por el paraíso, con la misma indumentaria con la que solía pasearse nuestra madre común antes de darle el mordisco al famoso fruto (del que no se sabe si fue manzana) y engañar a su marido.. pero vuelvo que me voy por las ramas. Pues D. Diego descubrió aquello y nos metió el paquete de su vida. Nos puso firmes delante del crucifijo que presidía la clase y señalándolo con el dedo gritaba: “¿Cómo os creéis que mataron a Jesús? ¿Creéis que le pusieron un taparrabos como se ve aquí? Nooooooooooooo - gritaba - lo colgaron desnudoooooo, con sus vergüenzas al aire y delante de todo el mundoooooo. ¡Y vosotros mirando esas porquerías! ¡Vosotros mirando los cuerpos desnudos de esas guarraaaaaass! ¡¡¡Mirad a Nuestro Señor!!!!" La verdad es que nunca entendí la relación del desnudo de aquella mujer con el de nuestro Salvador ni de donde sacó D. Diego ese detalle sobre la crucifixión si en todos los crucifijos a nuestro Señor se le representaba bien tapado, pero aquello se me quedó grabado para siempre, bueno, eso y el cachete que le propinó al hasta entonces orgulloso poseedor de tan admirado y remirado secreto. Entonces el sonar de las bofetadas era cosa diaria y retumbaban en la clase seguidas de un silencio atroz mientras que los que nos considerábamos inocentes fijábamos la mirada en el pupitre y nos esforzábamos en no movernos ni un milímetro para no llamar la atención del iracundo profesor y evitar llevarnos alguna de rebote.

Desde que retomé el contacto con Pedro lo he hecho también con otros antiguos compañeros y ya se está fraguando la visita a nuestro colegio, al Colegio Santo Domingo de Orihuela, y la reunión que si Dios quiere y no acabamos todos peleados al recordar viejas rencillas, terminará con un buen plato de arroz y costra en Casa Corro.



martes, 15 de julio de 2008

La convulsión de la sociedad

José Blanco dixit: "Mar adentro convulsionó a la sociedad, hay que dar respuestas"

Señor Blanco:

La película Mar adentro salió a la luz en 2004 y, según ustedes, entonces convulsionó a la sociedad. Ahora, tras cuatro años, creen -no se sabe que hada se les apareció en su último congreso federal- que deben darnos respuestas. La crisis económica convulsiona a la sociedad HOY, ¿Cuántos años debemos esperar para que el gobierno empiece a plantearse el dar respuestas? Mire usted, dedíquense a resolverle la vida a los que quieren vivir y a sus familias y no se preocupen tanto por el que quiere dejar de hacerlo (ya les ayudaremos a solucionarlo de otra manera, que haber medios hailos). Aunque para ustedes, meter mano a lo último es evidentemente mucho más sencillo ¿por qué? Por que les da votos, y buscarán el radicalismo atrayendo la atención hacia temas que considera de interés social o de progreso (ya me explicará usted lo de progresista que tiene el ejecutar fetos de cinco meses y medio) a la vez que obvian los problemas reales de los ciudadanos. En una cosa sí que lo están haciendo bien: están acabando con sus enemigos, porque esta derecha (a la que ahora llaman centro) no sabe como reaccionar. Acusan a los acomplejados de la siempre-viajando-al-centro-derecha-española de retrógrados por no acompañarles en esas medidas sociales y, según ustedes, de progreso y estos no saben hacia donde moverse. Esta derecha se parece a Chiquito de la Calzada protagonizando su movimiento famoso y deslocalizador a la vez que exclama un desgallitado ¿cormooooo? Han conseguido que la derecha española sea un caos, en eso les felicito señor Blanco. Ni están a favor de las medidas de la PSOE ni se ponen claramente en contra de ustedes. ¿Qué, por qué, a cualo? Yo se lo explico: porque dentro del partido popular no hay una posición clara al respecto. Hay gente que está a favor del aborto y de la eutanasia y además tienen un miedo atroz a perder votantes. En esto tengo que felicitarles: como demagogos y estrategas les doy un diez y la derecha me suspende por falta de principios. ¡Una pena y una vergüenza!

A Rajoy y a sus amigos les convendría leer este verano el discurso que David Cameron, lider del Partido Conservador británico, pronunció -con un par- la semana pasada en Glasgow. He aquí unas perlas que dedico a los dirigentes de la derecha-más-de-centro-que-ayer-pero-menos-que-mañana española:

“Hoy voy a decir, lo que nadie se atreve a decir... Nosotros, como sociedad, hemos sido demasiado sensibles. Para no herir los sentimientos de los ciudadanos, con objeto de evitar parecer excesivamente críticos, hemos dejado de decir lo que hay que decir. Llevamos décadas en las que se han ido paulatinamente erosionando la responsabilidad, las virtudes sociales, la autodisciplina, el respeto mutuo, las conquistas a largo a cambio de la satisfacción inmediata... Por el contrario, preferimos la neutralidad moral, no entrar en juicios de valor acerca de lo que son comportamientos adecuados o equivocados. Malo. Bueno. Correcto. Impropio. Son palabras que nuestro sistema político y nuestro sector público apenas se atreven a utilizar... De acuerdo, no soy ajeno al estupor que estas palabras producen en la boca de un político. Están en su derecho de preguntar, ¿qué pasa con ustedes? Miren, déjenme que les diga una cosa: somos humanos, cometemos errores y nos achantamos con frecuencia. Nuestras relaciones se rompen, se deshacen nuestros matrimonios. Fallamos como padres y como ciudadanos igual que todos ustedes. Pero si el resultado de todo esto es un silencio cómplice acerca de las cosas que realmente importan, entonces estamos fallando por partida doble. Renunciar al uso de esas palabras –malo, bueno; correcto, impropio- implica una negación de la responsabilidad personal y una caída en el relativismo moral... corremos el riesgo de convertirnos en una sociedad amoral, donde ya nadie diga la verdad acerca de lo que está bien y lo que está mal, de lo que es correcto o resulta impropio. La consecuencia es terrible: la ausencia de límites hace que nuestros hijos piensen que pueden hacer lo que les parezca ya que ningún adulto intervendrá para ponerles freno. Ni siquiera, a menudo, los propios padres. Y eso tiene que terminar... este cambio cultural tiene que comenzar en casa: los valores que hay que recuperar en esta sociedad rota y que nos van a permitir cimentar una sociedad más fuerte son valores que deben ser enseñados en casa, en la familia”.

Tenga un feliz verano señor Blanco, ¡ah! y lea algún libro que le convulsione a usted la mente porque no sólo de películas españolas vive el hombre.

Y a esto ZP sigue oyendo sin parar el famoso LP de Supertamp y sigue preguntándose: Crisis? What crisis?

lunes, 14 de julio de 2008

La futilidad de la vida

El sábado pasado me dio un alergión - me suele pasar en verano en este país húmedo donde vivo - que me dejó tumbado durante varias horas. No fue nada serio pero lo suficiente para dejarme KO hasta la mañana siguiente. Entonces tuve tiempo para pensar y observar mi cuerpo aquejado por la enfermedad. No estuve cerca de la muerte, Dios me libre, pero suficientemente malito para darme cuenta de la futilidad de la vida (algo sobre lo que pienso a menudo) y de lo rápido que nos vamos acercando a ese final que a todos nos alcanzará. Pensé en los mayores que se nos han ido y en los pequeños que nos seguirán en ese camino sin paradas. Pensé en que este cuelpo humano nuestro pecadorl se va deteriorando por mucho deporte que hagamos o por mucho que nos cuidemos. ¡Vamos pa’abajo! Me hace gracia entonces ver a esa gente que dedica toda su vida a construir y embellecer su casa, su mundo, como si fueran a vivir aquí para siempre. No nos damos cuenta que aquí lo importante son los pájaros y no la jaula: nuestra relación con los demás. Ahora estamos en verano, esa época de vacaciones que, parece mentira, es cuando más parejas discuten y matrimonios se rompen. No nos damos cuenta de que la vida se nos va como agua entre los dedos y que debemos aprovecharla para amar a los nuestros y demostrárselo, decírselo, ahora que aún tenemos tiempo. Esto de la vida es como viajar en un tren que no hace paradas y del que deseamos que se averíe para que no llegue a su destino. Es como estar en una gran cola que avanza inexorable donde se mezclan ancianos y niños y en la que nos gustaría se nos colara alguna que otra señora con la cara más dura que el cemento armado o un par de tipos con los que en otro momento hubiéramos sido totalmente inflexibles pero que ahora les cederíamos el paso amigablemente, amablemente, con gusto. No desearíamos nunca llegar a esa ventanilla ante la que todos tendremos que dar cuenta:

- ¡Buenas!
- ¿Buenas? Si usted lo dice...
- Pues que venía a… bueno, a lo de todo el mundo
- ¡Ah! pero ¿es que no sabe de qué va esto?
- Pues mire: no, como quien dice - que tontería – es la
primera vez.
- Nada, no se preocupe, para todos es la primera vez y…. je, je la última. No me tome en serio, pero es que me ha salido el chiste fácil.
- No pasa nada
- Bueno, no le voy a decir que se siente porque es lo que a usted le gustaría, aquí los trámites van rápidos.
- Y ¿es verdad que todo el mundo tiene que pasar por esta ventanilla?
- Pues claro, ¿qué esperaba usted?
- No, nada, me preguntaba si es que no habría excepciones.
- En absoluto, aquí todo el mundo tiene que presentarse una vez en la vida para recibir la documentación debidamente cumplimentada con su sello y todo.
- Y ¿no hay posibilidad de volver aunque sólo sea unos minutos para despedirme de la familia o para decirle a mi mujer y a mis hijos que los quiero más que nada en este mundo?
- Mire usted, no me venga con lo de siempre, por aquí ya tuvimos a uno que quería volver a toda costa para decirle a su familia que esto no se acababa aquí y que no paraba de reprocharse el no haber sido bueno con un tal Lázaro que, por cierto, pasó por aquí unos días antes que él. ¡Intentó incluso que retrasase su trámite sobornándome con dinero!
- Ya veo que no tengo ninguna opción.
- No, mire, lo siento, lo debería haber pensado usted antes. Firme aquí. Sus documentos, en la siguiente ventanilla le dirán por cual de las dos puertas que tenemos debe usted acceder. Adiós y encantado de conocerle.
- Adiós, y no le doy las gracias por su diligencia debido a la contrariedad que esta supone para mi persona, pero he de reconocer que ha sido usted muy amable.
- A mandar. ¡El siguienteeeeeeeeee!

martes, 8 de julio de 2008

Sobre el derecho y el don o la ilógica administración de derechos

Lo ha dicho el Dr. Montes, sí, Montes, el acusado de malas prácticas sospechosamente cercanas a la eutanasia activa por sedación en el Hospital Severo Ochoa de Leganés, y que ahora se dedica a dirigir seminarios sobre la “muerte digna”. Pues Montes ha dicho una frase que pretende ser lapidaria para justificar la eutanasia activa:

“Nosotros creemos que la vida es un derecho”… y “no un don divino”.

Pues le contesto, señor Montes:

Sí, señor Montes, la vida es un derecho, pero es un derecho para todos, también para los que la han empezado desde el momento de la concepción y que los médicos pueden interrumpir hasta la semana 22 (cinco meses y medio, como el feto abortado que se muestra en la foto) según la ley actual del aborto en España.

Sí, señor Montes, la vida es un derecho, es un derecho también para aquellos a los que que esta sociedad clasifica como deficientes o tarados y para los que esa misma ley autoriza su ejecución en el seno materno.

Sí, señor Montes, la vida es un derecho, es un derecho también para aquellos “interrumpidos” por sus madres que, utilizando un papelillo expedido por un cualquiera, justifican su crimen alegando los problemas sicológicos que les comportaría el traer una criatura al mundo.
Señor Montes, si la vida es un derecho del que uno mismo puede disponer a voluntad como si fuera la recesión de un contrato, como usted defiende, ¿por qué otros pueden decidir por la de esos fetos al comienzo de la misma? Oiga usted, señor Montes, si defendemos el derecho a disponer de la vida hagámoslo también con el derecho a mantenerla o a dejar que se desarrolle y ya que esos embriones o fetos no pueden todavía hablar y defenderse, hagámoslo por ellos, ¿no le parece?

Señor Montes, donde existen derechos existen también las transgresiones de los mismos y existe el peligro de que empecemos reivindicando un derecho personal y acabemos reclamando el derecho de decidir sobre la vida de los demás. Es lo que está pasando con el aborto porque la madre confunde a su hijo con un grano en el culo que tiene el derecho a extirpar por que “su cuelpo es suyo”, y pasará también con la eutanasia -y usted lo sabe muy bien- en el caso de muchas personas que no estén en condiciones de decidir por sí mismas. Lo hacemos hoy con los deficientes mentales en el seno de sus madres y lo haremos igual con los viejecitos comatosos que tardan demasiado en morir (si de todas formas la van a palmar, ¿porqué no darles un empujoncito y así podemos irnos aún de vacaciones este verano?). En este desprecio a la vida es en lo que terminó cayendo hace unos setenta años esta Alemania mía, que me acoge y que me quiere.

Sí, señor Montes, la vida es un derecho pero es también un don, es un don divino, supra-natural si no cree en Dios, supercalifragilísticoespialidoso o como quiera usted llamarlo. Nadie decide cuando empezar a vivir, por eso es un don, es algo dado y, como pasa en la naturaleza con todos los bichos vivientes, nadie puede decidir cuando ponerle fin. Tan antinatural es, y no me refiero al concepto utilizado por los ecologistas, interrumpirla al comienzo como hacerlo al final. Y esto, hágalo quien lo haga, la madre en el caso de un aborto o el sujeto eutanasiable en cuestión, cuando decide que no tiene más ganas de vivir, no encuentra sentido a su vida o no pude más con su sufrimiento moral (porque para el físico siempre la hay) o cuando otros, familiares cercanos, puedan decidir por él y administrarle ese derecho como si fueran bienes o ejercer poderes delegados para ir al banco a cobrar y llevarle a casa su pensión.

Respetaremos al que quiera tirarse por un barranco aunque no le ayudaremos, conversaremos con él, y haremos todo lo posible por ahorrarle todos sus sufrimientos físicos y morales, pero no le daremos el empujón final aunque nos lo pidiera con lágrimas en los ojos porque eso no se correspondería con nuestra naturaleza humana. De la misma manera respetaremos y ayudaremos a aquel cuya vida ha empezado su camino y le ayudaremos a seguir adelante cualesquiera que sean sus problemas o el de sus familiares. Pero no tiraremos por el camino del medio, por el más fácil, no nos decantaremos por aquellas prácticas que denigran al hombre. Combatiremos su sufrimiento, lucharemos de mil maneras para paliar su dolor y lo venceremos, sólo así respetaremos y haremos respetar lo más sublime que tenemos: ese don y ese derecho que es la vida.

Le dejo un video sobre Terry Shiavo, un caso de eutanasia activa que se le escapó de las manos a la sociedad americana. El asesinato de una chica de la que siempre se dudo si en su estado sentía algo o no y que su marido, por medio de un juez, obligó a que se le retirara el alimento y el agua a pesar de que su madre estaba dispuesta e hizo lo imposible por obtener su custodia sin conseguirlo. Esto pasó en un país donde la eutanasia no está legalizada. ¿Es esto lo que usted y el partido socialista quieren que pueda pasar también en España?

lunes, 7 de julio de 2008

Defendiendo a España con un par

Leo con sorpresa en El Mundo de hoy que han denegado el ingreso a nuestro glorioso ejército a un transexual. La razón es que Aitor G.R., que así se llama el afectado, carece de testículos y de pene. De lo que podría erróneamente deducirse que para defender a España es necesario poseer un par de huevos y un colgajo. Eso, lo del par, aunque se ha necesitado siempre metafóricamente hablando, no ha sido óbice para que las mujeres -no testiculadas por naturaleza- sean admitidas en el ejercito y se las considere muy capaces de defender a nuestro país incluso sin poseer el masculino adorno. Aitor, que nació con cuerpo de mujer pero que internamente en lo más profundo de sus profundidades es un hombre, no puede desarrollar el sueño de su vida al no ser considerado ni hombre ni mujer por nuestros generales, aunque en el ejército sirvan mujeres (sin miembro) y hombres (con miembro) por igual. A Aitor se le han hinchado las narices, porque pelotas no tiene, y ha declarado que no necesita un miembro viril para defender a España y tiene razón. Aitor es un transexual y no se ha de confundir su situación con la de una maricona, sin que tenga yo nada contra ello/as, y sobre cuyo caso habría algo más que discutir.
Un buen cebo para que pique nuestra ministra de igualdad, y que al fin pueda resolver algún asunto: la "miembra" igualando al sin miembro. Mi apoyo a Aitor G.R. con el que me sentiré también defendido incluso si no posee el miembro viril al que, por cierto, no se le ha descubierto hasta el momento ninguna función relevante relacionada con la defensa o capacidad de ataque de un país.

jueves, 3 de julio de 2008

El hiyab

Ayer, Mariano Fernández Bermejo, ministro de Justicia, me ayudó a ver con claridad un problema al que le llevaba dando vueltas algún tiempo: el tema del velo o hiyab islámico. ¿Se debe permitir el hiyab o incluso el burka en lugares como colegios o universidades? La solución es muy simple. Si a las monjas en España y en otras partes del mundo se les permite llevar su toca o velo, ¿porqué no a las mujeres musulmanas? Oiga usted: ¡o a todas o a ninguna! Desde mi punto de vista el problema está resuelto. Pero hay un detalle que me gustaría matizar. Las monjas hacen uso libremente de su toca desde el momento en que entran en la orden y no en todas las órdenes religiosas es obligado su uso. El hiyab es, muchas veces, impuesto a las mujeres, lo deseen o no. ¿Debería una ley prohibir esa imposición? Ese es otro tema que abordaré más adelante.

martes, 1 de julio de 2008

Los líos

Ya está bien de líos, estoy hasta el moño, estoy harto de follones con las personas a las que quiero, estoy harto del "me han dicho que le has dicho y te digo que le digas que me dijo". ¡Que cada uno piense y haga lo que quiera! Tú: ¡que cada palo aguante su vela! Se acabó, hoy estoy de buen humor y me quiero reir y para líos, los que se montan estos soldados en el chiste del genial Eugenio, que Dios tenga en su gloria.