viernes, 30 de mayo de 2008

El lacismo rabioso de La Sexta y la mofa del Corpus


Estos días he conocido sobre un par de hechos que me han sulfurado lo justo. Lo justo para denunciarlos en este blog que lee muy poca gente pero que me sirve de espita de escape cuando la sangre bulle un poco más de lo normal. Uno es la mascarada que se organizó en Toledo el sábado pasado, la tarde anterior al Corpus, y donde un grupo de personas vestidos de sacerdotes y clérigos se mofaron de la religión católica y se burlaron de la Virgen María en una contra-procesión blasfema a la que tendría lugar el día siguiente por las calles de la ciudad. El responsable de semejante idiotez provocadora es el consistorio toledano y más concretamente la responsable de festejos del mismo, Dª Carmen Jiménez Martín que contrató al grupo de teatro (por cierto se puede pedir el cese de esta señora aquí: www.hazteoir.org/node/12507).

El otro hecho es el programa de La Sexta denominado “Salvados por la Iglesia” en el que un pobre hombre se dedica continuamente a burlarse de los católicos y su religión.

Esto es una muestra de la clara intención que existe en España de eliminar el catolicismo, de organizar de una manera sistemática continuos ataques en los que se humilla y ridiculiza a las personas que poseen dichas creencias desde posiciones de poder y mediáticas. Está claro que hay un lobby en España que se ha empeñado en no permitir que en este país se pueda creer en Dios y practicar una religión perteneciendo a la Iglesia Católica. ¿Pero por qué? Porque el cristianismo y la Iglesia Católica han sido históricamente considerados enemigos políticos por la izquierda. No les vale que exista una justa separación, que es incluso aconsejable, entre la Iglesia y el estado. No se contentan con la consecución de un estado laico. No se quedan tranquilos en su afán de relegar la práctica de la religión (por supuesto, sólo la cristiana) a la esfera personal y privada, sino que se pasan tres pueblos y acometen contra esas personas humillándolas utilizando instrumentos de poder como televisiones y ayuntamientos. Simplemente les molesta que el cristianismo, y en concreto la Iglesia Católica, siga predicando incesantemente que no se puede decidir sobre la vida de un hijo no nacido, que nadie puede jugar y hacer experimentos con millones de embriones y utilizarlos como si fueran esclavos para curar las enfermedades de otros o para satisfacer los caprichos de algunos, que el matrimonio en su esencia lo componen naturalmente un hombre y una mujer y que lo demás son uniones de hecho, aunque puedan estar también reguladas por la ley, y un largo etcétera en estos y otros temas.

De los servicios sociales que presta la Iglesia por su cuenta (también económicamente) en este país no se habla. Dios, prácticas religiosas o ideas sociales y éticas distintas a las de gentes de izquierdas: no. Marcar la casilla de ayuda a la Iglesia Católica en la declaración de la renta tampoco, pero el trabajo de la gente limpiando culos a viejos, acompañando a enfermos, recogiendo a transeúntes y pobres por las calles, eso sí; eso es lo que tienen que seguir haciendo monjas y frailes y tanta gente de la Iglesia que ha decido dedicar su vida a seguir a Jesucristo. ¡Qué cara más dura!

La oleada laicista ya lleva algunos años cebándose con los cristianos y en particular con los católicos. ¡Claro, con aquellos a los que se le ha aconsejado ofrecer la otra mejilla! Pero no se atreve a hacer lo mismo con el Islam. ¿Por qué? Primero, porque se utiliza a las religiones minoritarias en España como aliados estratégicos contra el cristianismo y, segundo, por que no tienen los arrestos de emprenderla contra los musulmanes. Aún no he visto en España ninguna procesión blasfema contra el Islam, ni ningún programa de televisión que se dedique a ridiculizarlos ("Salvados por el Islam"). Como tampoco he visto a personas tan respetuosas con esta religión y tan críticos con los católicos, viajando a uno de esos estados islámicos y chulearse de su tendencia homosexual como hace Cerolo y tantos otros en nuestro país; o desfilar en procesiones blasfémicas por aquellos lares, no sea que acabaran apaleados y colgado de una grúa.

En definitiva, en España y desde los estamentos de poder, se llama racista a una persona si se manifiesta en fagor de controlar la invasión africana que nos amenaza y al mismo tiempo jalea o permite los continuos ataques a millones de españoles por pensar de manera distinta a ellos. Todo muy coherente.

¡Que Dios se apiade de ellos y de nosotros!


lunes, 26 de mayo de 2008

Una tarde en el McDonal's

Y esto es lo que me pasó el fin de semana cuando me pidireron los niños que los llevara al McDonal's. De verdad que es así, calcadito calcadito. Esta actuación de Cruz y Raya la ví hace ya unos años con mi hermana María y os aseguro que nos pudimos reir un rato.

"E lo mimmo pero no e iguá"

Acabo de encontrarlos en youtube, después de tantos años he vuelto a rememorar la frase que se hizo famosa en toda España tras la actuación de Martes y 13 en su "Detergente Gabriel".
¡Hala, a reirse un rato!

Rodolfo Chikilicuatre

Prometí hablar de Chikilicuatre y lo hago hoy, después de que se haya constatado su fracaso en Eurovisión y, tengo que reconocerlo, de haber esperado un tiempo para observar la ascensión, influencia en las masas y caída del “genio” inventado por la Sexta y al que intentarán seguir estirando hasta el verano.

El “fenómeno” chikilicuatre ha sido, desde mi punto de vista, la prueba de que lo que dijo Zapatero en su día es verdad: que en España cualquiera podría ser presidente. Es realmente así, cualquiera podría haber sido Chikilicuatre y llevar un bodrio de canción a ese concurso europeo que sigue cada vez menos gente. Recuerdo con nostalgia aquellos años en los que aún nos reuníamos los de la peña el sábado de Eurovisión para cenar en casa de alguno y escuchar canciones nuevas para despues votar por las mejores. Pero vuelvo, que me desvío de lo que quiero contar. La verdad es que no me ha llamado la atención que en este país de mis entrañas, el ciudadano medio haya seguido con recreo y satisfacción las andanzas del tío fenómeno este. España ha sido, es y seguirá siendo el país del Chikilicuatre, del que ha dicho nada más acabar su trabajo: “Lo único que tengo claro es que ahora me voy a tomar unas vacaciones para descansar. No había trabajado tanto en toda mi vida junta”. Y es verdad, seguramente este tipo que, probablemente, ha dedicado la mayor parte de su vida a perrear (perdón, tío, si me equivoco pero tú mismo lo admites) haya conocido por primera vez lo que es el trabajo y ganado estos meses unos cuantos euros que le darán para poder dejarse en casa el tupé y la guitarra de juguete durante unos años. Pero lo sorprendente del caso es que al español medio le sigue cayendo simpática esta tomadura de pelo nacional.

Consiguió Buenafuente catapultar a su gilipollas a la escena internacional con una canción cuya letra tuvo que adecentar para presentarla en el extranjero y los españoles todos (bueno, ya sé que todos no) aplaudimos la broma y nos zarandeamos al son del chiki chiki. Se invita al figura a dar una conferencia en el Instituto Cervantes de Belgrado –que a partir de ese momento habrá experimentado un alza en su prestigio como institución señera en la defensa, difusión y promoción de nuestra lengua castellana- y todos los medios de comunicación se hacen eco del evento cultural. Y ya que hablamos de nuestra lengua, la palabra chiquilicuatre (que no chikilicuatre) existe en castellano, significa según el DRAE zascandil, mequetrefe; o sea, hombre despreciable, ligero y enredador, bullicioso y de poco provecho, incluso forzando un poco, aunque no estoy seguro, podría ser sinónimo de gilipollas que viene del caló "gilí" en el sentido de cándido o tontucio que significa medio tonto. Posiblemente haya sido esta la mayor contribución del sujeto a nuestra lengua, al poner de moda una palabra ya olvidada entre las miles de nuestro diccionario, aunque con faltas de ortografía en su mismo nombre, que es lo primero que deberían haberle corregido los del Instituto Cervantes antes de invitarle a conferenciar.

Sigo sin entender el por qué de esa aceptación tan espectacular de un fenómeno como el del chikilicuatre. Pero los españoles somos así. Aplaudimos hasta la extenuación la presentación en sociedad de idiotas, ladrones, mentirosos, vagos, adúlteros, lameculos, fulanas, trepas, pintas y de gente impresentable donde la haya y nos reímos de nuestro orgullo nacional con una facilidad pasmosa. Se nos ofrece un tipo de broma casi insultante con un bodrio de canción para representar a esta nación en un concurso internacional y todos encantados. No sé si es bueno o malo, pero lo que sí sé es que esto no hubiera pasado nunca en EEUU o en Alemania y es lo que realmente me preocupa. ¿Se puede ver el fenómeno Chiquilicuatre como una señal de alarma, la del termómetro que nos dice que nuestra sociedad tiene fiebre? ¿O es simplemente una tontería y le estoy dando demasiadas vueltas? Pues por si acaso lo dejo aquí y ya seguiré en otra ocasión.
¡Ah! y el que lo haya disfrutado, pues mejor para él.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Otra vez

Otra vez la desgracia, la rabia, la pena, la angustia y la impotencia ante otro acto salvaje y repugnante.


Descansa en paz Juan Manuel Piñuel Villalón


viernes, 9 de mayo de 2008

¡Birmania libre!



Ayer vi en la televisión las noticias sobre lo que está pasando en Birmania tras el paso del ciclón Nargis. Las autoridades militares no sólo ocultan la magnitud del desastre a la población sino que impiden la llegada de equipos especializados extranjeros que aportarían una ayuda inestimable a los cientos de miles de personas damnificadas. Pude ver imágenes de niños agotados durmiendo en el suelo o llevándose a la boca restos de no se qué material dudosamente comestible. Pude ver a madres llorando al no encontrar alimento que ofrecer a sus hijos o desesperadas al ver a los niños enfermar sin posibilidad de visitar a un médico o de administrarles la medicación conveniente. Pude ver a padres llorando por la muerte de sus mujeres y a mujeres llorando por la muerte de sus maridos y niños. Pude ver a perros lamiendo las heridas a los pobres y a los ricos del orgulloso gobierno de Birmania negándose a hacer lo posible para solventar la situación al no permitir la entrada de la ayuda humanitaria internacional. Pude ver al pobre Lázaro pudriéndose en sus heridas y al rico Epulón negándole su ayuda y pudriéndose en el infierno de sus egoísmos. Luego nos quejamos de que Dios permita los desastres naturales pero no hacemos nada para impedir que unos miserables sigan inflingiendo dolor a miles de personas con su actitud orgullosa e interesada.

¡Vaya una mierda esta naturaleza humana nuestra!


Para ayudar con la seguridad de que el dinero llega a los afectados y no se lo queda el gobierno:

http://www.caritas.es/home/noticias/index.php?MjE%3D&NzUz

Y la web por una Birmania libre:

http://birmania-libre.blogspot.com/search/label/Nargis



martes, 6 de mayo de 2008

Me he hecho viejo

Con el paso del tiempo se le van a uno oxidando los resortes, va haciéndose la piel más dura que la de un elefante y asuntos que con veinte años nos preocupaban y no podíamos entender y contra los que nos rebelábamos, se aceptan ahora con resignación. ¿Por qué? Porque se nos ha ido el fuelle, la ilusión…. nos hemos hecho viejos. Es lo que les pasa a los que se consideraban progres de jóvenes y que, a su mediana edad, se han convertido en burgueses preocupados sólo de la cosecha del vino que se van a beber esa noche y de la marca de coche en el que tienen puesta toda su ilusión. Eran los revolucionarios de los 60 convertidos en burgueses de los 90 y abuelos "conservadores" en los 2000. A mi me ha pasado lo mismo y lo he descubierto este fin de semana. Pues resulta que mi hermana tiene un blog y ha publicado un video sobre el aborto y los casos que han sorprendido (sólo sorprendido) a España en los últimos meses. Mi mujer se levantó llorando del ordenador después de ver el vídeo y me preguntó si lo había visto. Yo sabía de la existencia del mismo pero ¿sabes qué?, no me había atrevido a visualizarlo porque no me apetecía enfrentarme a lo que, definitivamente, había considerado una batalla perdida después de años siendo vice-presidente de un asociación pro-vida. Ahora sé lo que me pasa: me he hecho viejo.

Aquí está el vídeo (aviso: es muy fuerte) y espero tener el valor, allí donde esté, de seguir rebelándome contra lo que considere malvado o injusto, incluso a los 80 años (si llego).